La luna roja

La luna roja alumbraba la superficie. La mujer zombi se sumergió en el mar y nadó hacia el fondo. Tocó la arena. Se metió un puñado en la boca. Luego se giró y le dijo a la luna que no masticaría su carne. Él era pescador. Aguardaba en el bote. La luna no concedía deseos, y cuando ella lo comprendió, decidió quedarse donde estaba, en el fondo del mar, y seguir masticando arena.