Te acercas

Te acercas. Le hablas. Ignoras si te escucha con placer o la estás molestando. Ha levantado un muro y no eres capaz de ver lo que hay detrás. Unas veces continúas la conversación. Otras te resulta imposible: te callas y te marchas. Yo lo veo todo desde donde estoy sentado. Me gustaría ayudarte, pero los no vivos también tenemos ojos y también estamos ciegos.

Sucedió en un andén

Sucedió en un andén. Una humana que me pareció muy hermosa se fijó en mí. Enseguida adivinó que yo era un zombi. Primero me miró con curiosidad. Luego con placer. Luego con deseo. Llegó un punto en el que entendió. Me miró con ojos vidriosos. Luego con ojos de renuncia. Por último, los apartó.

Bancos Zombis

Bancos Zombis. Existen. No me los he inventado. Entidades financieras que siguen operando aunque son insolventes, con un patrimonio inferior a cero. No queda espacio libre en el infierno, por eso los sacaron de allí y los colocaron en la tierra. De ahí la crisis.

ResurrectionZ

ResurrectionZ. En esta peli, los humanos devorados por zombis vuelven a la vida y tratan de reintegrarse en la sociedad que los dio por muertos. Pretenciosa. El mensaje social de la cinta se queda en nada. Gana el humor, algo nietzscheano. El eterno retorno: te comes un filete, vuelve a aparecer en el plato, te lo comes por segunda vez, otra vez en el plato, y luego otra, y otra, y otra. Al final vomitas.

Mi novia humana

Mi novia humana. Curioso título para una película. Un no vivo de gustos algo raros se empeña en mantener un esperpéntico idilio con un trozo de carne en un mundo de muertos vivientes. Voy a reventar el final: el día de la boda, los invitados del novio se la comen.

Dos ventanas

Dos ventanas, la de Vera y la mía. Entre una y otra, un espacio insalvable. La miro a través del cristal. No la entiendo. Ella parece que tampoco comprende qué ocurre. O tal vez imagino que ella sufre el mismo estupor. Esto no es bueno. Compro un gancho, una pértiga, un manual para aprender a mantener el equilibrio y un hilo de funambulista. No sé para qué, si padezco de vértigo. Tal vez para que la distancia parezca más fácil de sortear.