Soñé que nos habían enterrado

Soñé que nos habían enterrado. A todos, a los vivos y a los no vivos. El cielo quedó cubierto de tierra. Los vivos se deshicieron de los cadáveres lanzándolos hacia arriba. La tierra que había allá en lo alto se los tragó. Todo estaba muy oscuro. Sentí mucho frío. Entonces apareció Vera. Desprendía calor. Lo llevaba dentro, en alguna parte. Ardía en medio de tanta oscuridad. Y sólo yo era capaz de verlo.