¿Cómo pudiste hacer algo así?, me pregunta Sebastián. Ha descubierto la verdad que yo escondía detrás de las palabras. A fin de cuentas, si escribí una mentira, ¿por qué no iba a escribir más de una? No me comí a Vera. La escondí cuando todo empezó a ponerse feo para los humanos.
Vera, ¿dónde están tus ojos? ¿Dónde el comienzo? ¿Dónde la desembocadura? ¿Quién los asiste, inválidos? ¿Quién los mira en su encierro?
Vera, ¿dónde están tus ojos? ¿Dónde el comienzo? ¿Dónde la desembocadura? ¿Quién los asiste, inválidos? ¿Quién los mira en su encierro?