Yo sueño con un niño que sueña con un gato muerto que antes de que lo destriparan había soñado con un zombi que se convertía en hombre. Luego, no antes, sueño con un perro que sueña con una mujer zombi que tiene un sueño del que resulta imposible despertar, porque cada vez que lo hace, aparece en otro sueño.
Una mujer zombi sueña con un gato al que le falta una pata y una oreja. En el sueño, ella le muerde otra pata y la otra oreja. Al despertar, no antes, la mujer zombi se convierte en hombre.
Un gato sueña con un perro que muerde a un niño dormido. El niño sueña con un zombi que muerde a un hombre en un matadero. Al despertar, no antes, el gato se convierte en niño.
Un perro sueña con un niño al que destripa en un círculo de arena. Luego, el animal muerde a un hombre, el cual se transforma en un zombi que sueña todas las noches con un gato que me mira sin pestañear y no me deja dormir.