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Entrevistas a guardianes del matadero, toma 6

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 6: ¿Qué tal? ¿Vale así? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Que ahora viene un turno de preguntas? Nadie me dijo nada de un turno de preguntas. La primera. La grandeza de una nación zombi se mide en cómo trata a los humanos, ¿qué opinas? ¿Eso lo dijo nuestro líder? No sé, no me lo acabo de creer. ¿Que qué opino? Pues no sé. Me pilla descolocado. Lo que diga no va a quedar tan bien como lo anterior. Como lo que tenía escrito, quiero decir. Ya me entiende. Porque ha quedado bien, ¿no?

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 5

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 5: Una vez tuve la ocurrencia de poner música. La cabalgata de las valquirias, como en la peli de Coppola. ¿La ha visto? Me refiero a la escena en la que los helicópteros arrasan un poblado vietnamita. Pues algo parecido. Trombones a toda hostia, platillos y tías gritando como posesas. Menudo subidón. Luego hubo que limpiar las paredes y el techo. Aquello fue lo más parecido a una fiesta salvaje. Y a los dos días vino un inspector zombi, un tipo muy estirado, y nos dijo que no nos iban a permitir hacerlo más. Sí, ya lo sé. Aún me lo pregunto. ¿Cómo se enterarían?

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 4

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 4: Una vez nos trajeron a uno con pinta de abuelito que nunca había roto un plato. Lo pusimos en la fila, y ¿sabe lo que hizo? Empezó a chillarnos. El viejo nos montó una bronca de las buenas. No se lo puede imaginar. Aunque se lo cuente, tendría que haberlo visto. Él sabía de eso. Mejor que nosotros. Había participado en masacres, se había deshecho de miles de personas como quien chasquea los dedos. Primero dijo que éramos unos chapuceros, y luego, que alguien como él no podía acabar así, en una fila, con los demás. Lo último que alegó, antes de que lo descuartizáramos, fueron problemas de salud. Dada su edad avanzada y su frágil estado, sería una tortura inadmisible lo que planeábamos hacerle. Lo que oye.

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 3

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 3: Hubo un guardián que hizo una tontería bastante gorda. Se fijó en una humana. Ya sabe. No para comer, creo que me entiende. Pues la iban a sacrificar, pero el guardián la apartó de la fila y la escondió. ¿Sabe dónde? En el depósito de sangre, el que está en el centro de la sala de atronamiento. Se inició el festín y, claro, los carriles de desangrado empezaron a llenar el depósito. Ya se puede imaginar el resto. La mujer se ahogó. Cuando se dieron cuenta y la sacaron, era lo más parecido a un dulce cubierto de chocolate.

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 2

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 2: Pensé que quedaría mejor escribir la historia y luego leerla. Mejor que contarla, ya me entiende. ¿No importa que lo haga así, verdad? Se me da mejor. Yo escribo, no sé si lo había comentado antes. No, no me gano la vida con eso. Me gusta, ya me entiende. Le puedo dejar una copia si quiere. El texto está revisado, ortográfica y gramaticalmente. ¿Empiezo? ¿Cuándo yo quiera? Pues vale, allá voy. Cómo Deshacerse de Novecientos Noventa y Nueve Humanos Sin Usar El Horno Crematorio. Sí, ese el título. Novecientos noventa y nueve. Falta uno, claro. Es que al final hago un chiste con el último. ¿Cree que el título está bien?

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 1

Entrevistas a guardianes del matadero, toma 1: Sí, también. Sí, tengo estudios universitarios. Pues sé que suena ridículo, pero creo en esa historia. Ya sabe. La leyenda urbana de los humanos que están podridos por un virus antizombi. Según dicen, si los devoras, tu cuerpo se convierte en polvo. Te deshaces, como si fueras de arena. Para detectarlos, hay que meterles un dedo en un vaso de aceite. Si el aceite salta del vaso, están infectados por el virus antizombi, y en ese caso, hay que quemarlos vivos, nunca comérselos. Ya lo habrá oído antes, ¿no?