Eran más de cien

Eran más de cien. Los apedrearon en el casco antiguo. Los zombis se refugiaron en una iglesia, pero los expulsaron de allí. Los sacaron de la ciudad a través de las alcantarillas, según dicen para evitar más conflictos entre especies.
No íbamos a quedarnos de brazos cruzados. Eran más de cien humanos. Los despedazamos en el casco antiguo. Sacramentaron los restos que de ellos dejamos y luego los sacaron de la ciudad en camiones de basura, a escondidas, para evitar más conflictos.

Para esta pareja

Para esta pareja lo importante era sentir que hacía algo por mejorar el mundo. Sin manos, se despreocuparon un poco de sus ideales. Decidieron refugiarse en su inteligencia y amplia cultura. Entonces les sorbimos el cráneo con pajitas. Volvieron a cambiar: para ella fue enormemente importante sentirse sexy, y para él también. Así que para terminar los desfiguramos.

Nos distanciamos

Nos distanciamos cada vez más, los vivos de los no vivos. Y de todos los puntos de desencuentro, intuyo que el principal es el que me ha reconcomido durante las últimas semanas. Ya lo he dicho. Los zombis no se deberían intentar acostar con sus almuerzos, ni los pollos con los matarifes.

Cantaba muy bien

Cantaba muy bien. Pero se les ha caído un mito. Evadía impuestos. Era anoréxica y vomitaba todas las cenas. Estaba enganchada al Prozac, al Trankimazin, al alcohol y a las tarrinas de helado. Robaba temas musicales a los que empezaban e intentaban triunfar. Y aunque no era zombi, se había aficionado a cocinar apéndices: orejas, dedos, narices, penes. De todos estos escándalos, fue el culinario el que provocó que nadie quisiera oír más sus discos. Y justo ahora, ella está saltando desde el piso doce.

Recogida de firmas

Recogida de firmas. Se trataba de impedir los matrimonios entre zombis y humanos. Todos estamos de acuerdo. Su lema: Nosotros estamos vivos. El nuestro: Feliz zombizombifeliz. O también: Zombipower; así, en inglés, para los más guerreros, con una nostalgia que recuerda los años hippies. Cogí el bolígrafo. Firmé con tanta rabia que rasgué la hoja.