La carne era de cordero

La carne era de cordero. Lo demás, a Vera le resultó bastante familiar: el sabor de la cebolla, el pimiento y el comino en el caldo, las patatas hervidas y las legumbres. Dio buena cuenta de la adafina, hasta acabarla. De postre tomó frutos secos con miel. Yo me excusé. Le dije que no tenía hambre. Aunque sea mentira, me gustaría terminar diciendo que luego hicimos el amor.