A la sala de matanza

A la sala de matanza se la llama de atronamiento. Aunque a ningún humano aturde el sonido de los truenos. Tampoco se les tumba de medio lado y se les hiere en las cervicales con un punzón, ni se les golpea el cráneo con una porra. Llegan despiertos, sin escaldaduras, sin depilar, sin rascar, pero bien atados.