Saturno

Saturno devorando a un hijo. No es un lienzo alegórico de Goya. En el matadero no hay espacio para la mitología. El que fue hombre y defendió su casa y gruñó, lastimó y peleó hasta el agotamiento terminó siendo mordido por un zombi y se transformó en uno de ellos, y cuando a los dos días le invitaron a sentarse en el comedor del matadero y le sirvieron a uno de los hijos a los que había tratado de proteger, no lo reconoció, y le mordió en primer lugar los dedos, y mientras el niño gritaba no papá, no, no, el que fue hombre los arrancaba, uno tras otro, sin oírle, porque en su cabeza latía el acompañamiento de las flautas y el de los tambores.