Sin la máscara

Sin la máscara. Vera, mi Vera. Así la llamé. Ella no respondió. Repetí su nombre. ¿Qué nos ocurre? Eso le pregunté. Ella siguió callada. ¿Tú crees que...? Interrumpí la pregunta. Ella suspiró, disconforme. Ella es humana. Y yo, zombi. En estos tiempos. ¿Algo que añadir? Supongo que no. Todo está dicho. Por eso suspiró. ¿Eso crees, cretino? ¿Cómo lo sabes? Lo que siente. Lo que significa. Lo que piensa. Vera, mi Vera. Volví a preguntar. Las farolas amarillas. La habitación oscura. El aire invisible. La noche zombi. Y el silencio.