Areolas

Areolas de mujer. Circulares, islas hiperpigmentadas que se encrespan cuando las rozo con mis dedos zombis o cuando soplo en ellas con suavidad. Se dilatan y me desbordan, saltan por encima de mí. Los pezones, en el centro de aquella piel oscura, apuntan hacia lo alto. Endurecidos como columnas, traspasan el techo de la habitación y siguen ascendiendo. Me agarro a ellos para no caerme, ya que en el vacío, entre las estrellas, siento vértigo.