Meñiques

Meñiques, los de los pies. Insignificantes. Prescindibles. Ni siquiera se pueden alzar, como los de las manos: así hacen en Japón: levantar el meñique al hablar de un zombi y de una humana significa que algo sentimental hay entre ellos. Pero los de los pies están escondidos, nadie los tiene en cuenta. Excepto al desnudarse. Entonces se rebelan. Sueltan toda clase de obscenidades, gritan, concentran en su superficie las sensaciones táctiles, se retuercen de placer.