Invitas a una chica

Invitas a una chica a salir. Acepta. Vas a recogerla en un coche viejo, sin cierre centralizado. Abres su puerta con la llave y ella entra en el coche. Das la vuelta por detrás y te fijas en lo que hace. Si espera sin moverse a que seas tú el que abra la puerta del conductor, no la invites nunca más, no te conviene. Si alarga la mano y levanta el cierre, puede ser la mujer de tu vida. Lo vi en una peli. No, no era de zombis. Vera es de las que esperaría sin moverse, no alargaría la mano hasta el cierre de la puerta. Pasar página es más sencillo de lo que parece: sólo hay que proponérselo.