No lo he dicho

No lo he dicho. Vera es escultora. Y se ha vendido, como ella dice. Guarda sus obras en un trastero. Diseña mecheros, bolígrafos, juguetes. Los encargos le dan de comer. Como cualquiera, necesita dinero. Vera, no te amargues. Yo también esculpo en silencio. Mi escultura está escondida en un altillo. Le doy forma mientras pienso en ti. Un amasijo sin forma concreta de huesos, piel y tendones, amontonado en una base de cuatro por seis metros.