Odiaba construir ataúdes para niños

Odiaba construir ataúdes para niños. Los hacía de mala gana. Los llamaba fruslerías. A mí una vez me insultó y casi llegó a pegarme.
Odiaba construir ataúdes para niños. Se distanció de su esposa y de su otro hijo. Trataba a todos con rudeza. (Yo le mordí, pero demasiado tarde, no había nada que hacer, ni siquiera sería un zombi).
Odiaba construir ataúdes para niños. La nostalgia se volvía insoportable cuando recordaba.