Migraña, algo que lo absorbe todo. Tus ganas de hablar. El hambre, que desaparece por completo. El sueño, al que también mata. La melancolía, que se aleja hacia el fondo y se vuelve invisible. Los zombis también tienen crisis de migraña. La cara de descomposición es la misma. Mi ropa tiene justo en este momento una crisis de migraña, y el sofá otra, y las paredes. Y las aceras, y las alcantarillas, y las farolas. Y la luz oscura del cielo, migrañoso, melancólico, sin sueño, desganado.