Un caso particular

Un caso particular. Lo denunció varias veces. Una, por morderle el antebrazo. Otra, al perder el cuarto dedo de la mano derecha. Otra, por arrancarle parcialmente un pecho. Desgarros en muslos, abdomen, pantorrillas y en un hombro. Ahora, a los dos años y medio, le han soltado del psiquiátrico. Han ingresado en su lugar a la mujer. No estaba enfermo. No se creía un zombi. Al parecer, era ella la que se provocaba las lesiones.