Despertarla

Despertarla. Como si todo fuera un mal sueño. Como si Vera pudiera recuperar su trabajo. Como si ella pudiera volver a andar por la calle sin que las bandas de zetas no fueran a violarla y torturarla antes de lo siguiente. Abro una ventana. Antes de que transcurran diez minutos, escuchamos gritos. Vera encoge las piernas, las abraza con sus manos y dice: De acuerdo, me quedaré, cierra. Oh, Vera, mi Vera, si tus brazos fueran los míos, si yo pudiera plegarme y envolverme en ellos.