El niño salió (a)

El niño salió de un supermercado con tres latas de fruta y seis de atún que metió en su mochila. Miró hacia el callejón en el que antes descargaban camiones y dejaban bolsas con alimentos caducados, en el que los restos pútridos se agolpaban formando una torre desordenada de basura. Cuando el niño se dio cuenta de que un zombi se le acercaba, miró hacia el callejón maloliente, como si calibrara la posibilidad de echar a correr en esa dirección. Luego desvió los ojos hacia la calle abierta, que parecía mejor lugar por el que escapar. No corras, le dije, yo soy el que te sigue y ya sabes que no voy a hacerte daño. Eso es lo que tú quieres creer, respondió. Y yo lo miré como si de repente él hubiera crecido y tuviera cuarenta años y el niño fuera yo.