El público esperaba un final (f)

El público esperaba un final. Había aumentado en número. Apenas quedaban asientos libres. El perro sacudió el lomo y salpicó de sangre a los que estaban cerca de él. El niño estaba tirado en el suelo, con las piernas abiertas en una posición imposible, y sin brazos. Sus labios habían virado al azul y sus mejillas a un desteñido color crema. Miraba a ninguna parte. Aún respiraba. Entré en el círculo de tierra. Me habían dicho que esos perros no mordían a los zombis, pero yo no estaba seguro. Mirando los ojos furiosos del animal, cualquiera habría dudado. El perro retrocedió. Quizá también quiso saber qué pintaba yo en medio de aquel espectáculo. Me agaché y acaricié la cabeza del chaval. Un pelo estropajoso, enmarañado, sucio. Luego hice aquello para lo que había entrado en el círculo de tierra: cogí la barra metálica con la que el niño se defendía y se la hundí en el cráneo.