Una madre y su hijo

Una madre y su hijo, en la fila. Ambos están desnudos, como todos en aquella hilera que conduce al comedor, en el que darán buena cuenta de ellos. Los zombis los vigilan. Ella se lamenta en silencio. Había tenido sus oportunidades y las había dejado pasar. Había podido matar a su hijo de diversas formas, pero no se había atrevido. ¿Y ahora? ¿Ahora qué? Desnuda, en la fila, vigilada. ¿Qué puede hacer? Muy cariñosamente, coloca las manos en los hombros de su hijo, mientras trata de recordar cómo era aquel movimiento que le enseñó su padre para desnucar conejos.