Ahora estoy muy tranquila

Ahora estoy muy tranquila, y despreocupada, y llena de bueno-no-hablemos-de-eso, pensó la humana mientras cerraba la puerta para no ver cómo sus amigos y sus vecinos y sus familiares apaleaban a su amante zombi. Mientras, el marido buscaba sus tijeras de jardinería y se preparaba para encender un fuego.