Hipófisis

Hipófisis, encadenadas a las sillas turcas de los huesos esfenoides, esclavizadas desde el momento del nacimiento y hasta la muerte, obligadas a producir permanentemente hormonas que sintetizan proteinas, a hacer crecer los huesos, los músculos y casi todos los tejidos, a estimular la ovulación para favorecer así la generación de nuevos individuos con nuevas hipófisis, atadas dentro del cráneo a sus inflexibles sillas turcas. Hasta que aparece el zombi y las libera a mordiscos. A partir de entonces, las hipófisis, desatadas, se vengan de sus antiguos amos enviando a los cerebros una misma señal: come, come, come.