La chica (I)

La chica le entregó una invitación al adolescente que se sentaba dos mesas por delante de ella en clase. El muchacho enarcó las cejas. Sujetó la entrada con dos dedos como si fuera a picarle. ¿Y esto?, preguntó. Academia de Ballet Pájaro de Fuego, dijo ella. El muchacho no entendía lo que le quería decir. Las alumnas de la academia damos una función el viernes y nos han dado dos invitaciones a cada una, explicó la chica. Ah, dijo él, y se dio la vuelta, dándole de nuevo la espalda. Enseguida se giró y preguntó: ¿Y cómo es que bailas? Me gusta, dijo la chica con una sonrisa. Pero estás un poco gorda para el ballet, comentó el joven. Ella dejó de sonreír. Ni siquiera había malicia en la manera que había tenido de soltarlo. Dejad eso para el recreo, dijo el zombi. Ambos se quedaron mudos. Era un miembro de una de las bandas zetas. Le había arrancado la nariz al profesor y la había colocado encima de la suya, como si la del maestro perteneciera al disfraz de un payaso.