Silencio

Silencio. Los miembros de las bandas zetas ya no son los dueños de las calles. Las calles, ahora, están vacías. Han extirpado de ellas a los zombis, a los que las golpeaban como a putas. Rabiosos, heridos, salvajes, los miembros de las bandas se han escondido. Las calles ya no tienen sombras. Solo luces amarillas, calladas, muertas.