El marinero se suicidó

El marinero se suicidó. Había sobrevivido a tempestades. Había esquivado cuchillos y flechas en el trópico, y balas en Hong Kong. Venció a la malaria, a la fiebre amarilla y al dengue. Pero cuando se fijó en la hambrienta mujer zombi, se arrojó en sus brazos. Sin dudar.