Hablemos de mi vecina

Hablemos de mi vecina. Se llama Vera. No huyó de mí. La capturaron, la mordieron, la transformaron en zombi. Desde mi ventana, puedo ver su nuevo perfil, en apariencia, el mismo. Mi amigo Sebastián me dice: No somos monstruos, no la íbamos a hacer desaparecer si ella es tan importante para ti; la solución a tu problema era tan sencilla que no sé por qué le dabas vueltas al asunto, ahora sois iguales. Sebastián se equivoca: son monstruos.