Mi día de suerte

Mi día de suerte. La sangre de los conejos pinta el suelo de patas y colas, las hierbas se desprenden apuñaladas, la madera arde y canta fieramente, los escalones que conducen a la planta de arriba se lanzan a dormir un sueño bastante riguroso. El fuego consume la que era mi casa, pero es mi día de suerte, porque yo puedo contarlo desde el exterior.