Cavé en la arena

Cavé en la arena y construí un refugio, un agujero de veinte metros cuadrados y seis de profundidad en el que escondí a Vera. Una banda de zombis la miraba desde lo alto. Ninguno se atrevió a saltar. Enseguida supe por qué. Empezó a subir la marea y el suelo del refugio se embarró y transformó en unas arenas movedizas. Desperté cuando me decidí a saltar al hoyo, de manera que no sabré cómo termina esa situación, si salvaré a Vera o ambos nos hundiremos.