Emprendió una lucha

Emprendió una lucha por ser perfecto. Para que su amada zombi no se alejara de él. Dejó de ser quien era para gustarle. Eso es algo que la otra parte nunca valora. Posesivo, mandón, inseguro, tomó varias decisiones para atraerla, siempre desafortunadas. La última: mutilarse. Mostró uno de sus brazos desde la calle. Ella se asomó a la ventana cuando lo oyó gritar. Una banda de zetas, atraída por el olor, terminó lo que él había empezado.