Recluido

Recluido dentro de una urna. Como si eso sirviera de algo. Como si alguien pudiera esconderse. Como si la anestesia de los sentidos, dentro del habitáculo insonorizado de mi cabeza, no se rebelara desde dentro y emergiera en cada respiración, infestando el aire de congoja. Como si fuera mejor no despertar. El proyecto asegura que la finalidad del matadero es alimentar a los zetas más débiles y a los incapacitados. Esta algarabía de patio de colegio sin profesores desdice tal aseveración: unos humanos corren, otros tratan de esconderse, otros chillan, mientras un rebaño de zombis, vomitado de la nada, hace todo lo posible para recordarme lo que soy.