El final (XII)

El final. Decenas de minúsculas lucecitas rojas se desplazaban como nerviosos insectos por la cabeza de la chica. Decenas de armas con mirilla telescópica que la apuntaban. No te muevas, ordenó un soldado justo detrás de ella. ¿Te gusta el ballet?, dijo ella. ¿Qué? Te he preguntado si te gusta el ballet. Quédate quieta. ¿Vas a disparar? Nos gustaría ayudarte. ¿Ayudarme, quieres ayudarme? Sí, acércate despacio. No me has dicho si te gusta el ballet. Te lo repito, acércate muy despacio. ¿Conoces El Pájaro de Fuego? Acércate y no hagas tonterías. Ahora puedo bailar mejor que antes, mírame.
Ella se incorporó y las radios recibieron entonces una misma orden. Los dedos índices presionaron los gatillos y los proyectiles gimieron al romper el aire.