El profesor (IV)

El profesor al que habían arrancado la nariz y mordido en las pantorrillas estaba en el patio. Estaba solo y no podía escapar. Lo habían atado con una cadena al tronco de un árbol. Nadie podía ayudarle. Los zombis habían amenazado con masacrar a los rehenes si alguien intentaba un rescate. Entendieron de qué iba aquello unas horas después. Los zombis sacaron a dos chavales al patio y los ataron con cadenas. Luego desataron al profesor al que antes habían mordido. Las cámaras lo emitieron en directo: los gritos de los dos jóvenes mientras el profesor, transformado en zombi, los devoraba.