Engendró un vástago extraño

Engendró un vástago extraño. Tenía vello en las plantas de los pies. Las palmas helaban los dedos de quienes las rozaban. Sus muslos y antebrazos parecían haber nacido ya mordidos. Destrozó al nacer el canal del parto con sus dientes zombis. Qué diría el orgulloso padre del monstruo si pudiera verlo ahora, en una mesa de disección, pelado y abierto como una fruta, junto a sus hermanos.