Se acabó el recreo

Se acabó el recreo. Los zombis que caminaban como muertos vivientes por las calles, los de las pelis, han sido despiezados. Como puzzles en la sala de juegos de un jardín de infancia. Llamaban mucho la atención. He visto miembros de bandas zetas que parecían alacranes cubiertos de hormigas. Cumplían el refrán que asegura que quien a hierro mata, a hierro muere. Y hay una tercera persecución. Como Capuletos y Montescos. El régimen en ciernes quiere que nos dejemos de mestizajes. Los humanos, en el plato, no en el dormitorio de un zombi.