Vestía como un hidalgo

Vestía como un hidalgo de nuestro tiempo. Traje oscuro y corbata elegante. Reloj de marca. Cartera forrada en piel, la de algún humano que tal vez se la dejó arrancar. Esta historia va de luchas internas: el zombi elegante señaló la pared en la que otro zombi, uno macarra, había escrito ZOMBI POWER ZOMBI FREE, y dijo: Basura. Después de soltar esa palabra, se marchó por donde había venido. No se dio la vuelta. Ni siquiera para comprobar si los que trabajaban para él borraban el grafiti. Tampoco para cerciorarse de que, como había ordenado, para limpiar empleaban la sangre del zombi que había escrito aquello.