Te acercas

Te acercas y me hablas. Nadie puede esconderse, esconderse es una forma de engañarse, tú lo sabes, me dices. Sebastián, amigo mío, cómo no ibas a encontrarme. Sebastián, si aspiraras el silencio fresco de la mañana, te sentaría bien. Una nube dibuja una boca en el cielo. La luna, pálida, está a punto de perderse. Yo permanezco en silencio y tú sigues hablando: ¿Te acuerdas de nuestra visita al matadero? Qué lugar más desagradable, ¿verdad? Mataderozombi. Lo hemos eliminado de los diccionarios. Alguien escribió que cada concepto debería expresarse claramente con una sola palabra, una cuyo significado estuviera decidido con rigor, con todos sus significados secundarios olvidados para siempre. Pues se equivocaba. Resulta más eficaz suprimirla.