Una promesa

Una promesa. La humana le dijo al zombi que debían esconderse. Le propuso alquilar una casa en el campo, perdida en ninguna parte, a nombre de una amiga. Era lo mejor. Al menos por un tiempo. Abandonaré el recurso literario de emplear la tercera persona del singular, que impone una ficticia distancia y, la verdad, resulta algo engreído: escuché la propuesta de Vera, asentí y empecé a preparar la maleta. Cambiaríamos de aires.